Debido a los recientes fallecimientos por arenavirus en Bolivia, surge la inquietud sobre el riesgo de infección por este agente infeccioso en Chile. Considerando que estos virus son portados por roedores y que cada uno infecta a una determinada especie de roedor que se distribuyen en zonas geográficas delimitadas, y que en nuestro país están ausentes las especies infectadas por arenavirus, se concluye que a nivel nacional no es posible adquirir esta infección por contacto con el vector.
Estos agentes infecciosos pertenecen a la familia viral Arenaviridae, cuyo nombre proviene del aspecto “granuloso” que presenta la partícula viral al ser observada al microscopio electrónico. Se caracterizan por poseer manto y ácido ribonucleico de una hebra como genoma. Se dividen en dos grupos: los del Viejo Mundo presentes en Eurasia y África, que infectan a roedores de la familia Muridae, y los del Nuevo Mundo (América) asociados a roedores de la subfamilia Sigmodontinae. Entre estos últimos se incluye el virus Chapare descubierto en Bolivia en el 2003 y al cual se parece el virus detectado en los casos bolivianos recientes.
La infección del ser humano por arenavirus es ocasional y se adquiere mediante la inhalación o contacto con secreciones del roedor (heces, saliva, orina). Se han reportados infecciones adquiridas por contacto directo entre humanos, como en el actual brote boliviano que incluye a familiares del primer paciente conocido y a personal de salud que atendió a los enfermos. En general, tras 1-2 semanas de ser infectado, el paciente desarrolla una fiebre hemorrágica caracterizada por fiebre y dolor de cabeza (cefalea), muscular (mialgias) y articular (artralgias), vómitos y hemorragias, causando la muerte en el 15-20% de los casos sin tratamiento médico de soporte. No se dispone de antiviral específico. Para evitar la infección, existe una vacuna desarrollada contra el virus Junin presente en Argentina, pero que no es efectiva para todos los arenavirus. Otras estrategias de prevención deben ser implementadas para evitar el contacto con orina o semen, secreciones en las cuales el virus es excretado por semanas después de recuperarse de la enfermedad.
Referencias:Capítulo 20: Zoonosis, en Virología Clínica, 2ª. Edición, 2018, ed. Mediterráneo, Santiago, Cile: 322- 325
https://wwwnc.cdc.gov/travel/notices/watch/hemorrhagic-fever-bolivia
Dra. Vivian Luchsinger F.
Programa de Virología
ICBM
Facultad de Medicina
Universidad de Chile